Un mártir del balompié

«Dame doj' Artridenej', y quedate con las vueltaj'» (?)

El glorioso ataque de aguanterismo del D10s Pibe Valderrama el año pasado contra Oscar Julián Ruiz en ese Junior-América no fue cosa nueva. El que el sempiterno ídolo de Pescaíto, rabioso por un penal más falso que un billete de 700 pesos con la cara de Ingrid Betancourt (?), le sacara un billete de 50.000$, se lo revoleara haciendo mensión a una supuesta compra de árbitros, el que lo mandaran a los vestuarios con tomba, el que se formara una desproporcional trifulca en las tribunas del Metropolitano gracias a las barras junioristas... Ya había ocurrido en el medio chibcha un par de décadas antes. Acá la historia (?):

Era 1981, para más señas era 11 de octubre y había clásico paisa. En el rojo dirigía Jorge Héctor Olmedo Méndez y jugaba todavía el Boricua Zárate (otro ídolo). En las toldas verdes aún estaba el gran Oswaldo Juan Zubeldía y jugaban por ahí Dragonetti, Carrabs, Victor Luna, Peluffo y "El poeta de la zurda" César Cueto. El resultado fue un 4-3 a favor del rojo (Pereira, Quiroga, Fornari, Arango para el Poderoso. Ibargüen (2), Dragonetti para el Verdolaga).

Pero el resultado no importa al caso: En la primera parte el árbitro expulsó al peruano Cueto por reclamarle, Hernán Darío nosoycapazdedirigirsinoalRealCartagena Herrera y Luis Fernando Suárez también se fueron al camerino antes de tiempo. Como era apenas obvio, la hinchada verde estaba que tiraba abajo la malla y acribillaba al réferi. Para el segundo tiempo los equipos salieron a la cancha 8 contra 11. Casi de inmediato Victor Luna armó tángana agarrándose con el agreste Boricua, siendo ambos expulsados y quedando 7 contra 10. Allí el presidente del equipo verde, Hernán Botero Moreno no se aguantó más y sacó un fajo de dólares, y parado manoteando en la pista atlética en el -en ese tiempo- pequeño estadio medellinense.


El respetado y exitoso dirigente paisa había pelado el cobre y había salido con un aguanterismo colosal. Acusar de soborno al árbitro, si ellos son tan honestos e impolutos (?). El fresco de Botero adujo que "fue una forma de protestar por al actuación del árbitro". Pero, dado que todos en el país estaban del lado del buen silbato (?), dijo estar arrepentido, diciendo que "son cosas que uno hace sin pensar en las consecuencias, por el entusiasmo que despierta el fútbol y el amor a una divisa". Eso es amor a la camiseta. Aprendé, Marulo inepto (?).

El Tribunal de Penas de la Dimayor (el mismo que recibió y aún recibe astronómicas sumas de dinero gracias a cierto jugador y luego directivo de actitud pendenciera y con cierto récord de cartones rojos) le impuso a Botero una multa de diez mil lucas (de las de antes, ponele ahora unos... 2 millones?) a Botero Moreno, por actitud irrespetuosa. Con o sin este hecho, Hernán Botero Moreno fue uno de las personas que más amó la casaca verde, y de las que más hizo por la institución. Hablar de Hernán Botero es hablar del comienzo del Nacional (el grande) y la muerte del Nacional (el equipito mufa)

Luego (y ya ajeno a este tema) Botero es extraditado en 1984 a los Estados Unidos arguiendo lavado de dineros y negocios con narcotráfico. Recién en (si mal no estoy) 2006 fue liberado. La fiscalía (la Fiscalía General de la Nación, no los putos del blog ese de chismes (?)) revisó detalladamente su caso y luego determinó que había sido extraditado injustamente. Hoy vive retirado del fútbol y en general de la civilización (?) con su familia en El Poblado (sector pudiente del sur de Medallo). Aguante Botero, sos un grande, un mártir del balompié! Salud donde se encuentre don Hernán...

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